ROMA - El Gobierno de Romano Prodi, vencedor de las elecciones generales italianas de inicios de abril, estaba ayer a punto de nacer. Anoche, il Professore negociaba con los partidos del centroizquierda la formación de su gabinete después de que el nuevo presidente de la República, Giorgio Napolitano, le encargase la formación de Gobierno, en su primera jornada como jefe del Estado. Piero Fassino, secretario de Demócratas de Izquierda, principal partido de la coalición, anunció que la lista de ministros del nuevo Gabinete se haría pública hoy.

"He asegurado al presidente de la República que nuestra coalición es fuerte -dijo Prodi al salir de su encuentro con Napolitano en el palacio del Quirinal-. Ha afrontado pruebas complejas en estos días, como la elección de los presidentes de la Cámara y del Senado, y la del jefe del Estado, pero tiene fuerza y cohesión para construir ahora un equipo de gobierno." Pese a las promesas de estabilidad formuladas por il Professore, las negociaciones entre los nueve partidos de La Unión, coalición de centroizquierda e izquierda ganadora de las elecciones, para el reparto de ministerios, están mostrando una considerable pugna entre pequeños y grandes.

Ayer mismo, Oliviero Diliberto, líder de Comunistas Italianos, amenazó con proporcionar sólo "apoyo parlamentario externo" si su partido no recibía más representación en el nuevo Ejecutivo, amenaza ya formulada por Clemente Mastella, líder de los democristianos de Udeur, que aspira a la cartera de Defensa, igual que La Rosa en el Puño (radicales y socialistas), que quieren ese puesto para Emma Bonino.

Hasta ahora, los ministrables considerados de seguro nombramiento son: Massimo D´Alema (Demócratas de Izquierda) y Francesco Rutelli (La Margarita, moderados), el primero en Exteriores y el segundo en Cultura, y ambos con rango de viceprimer ministro. También se da por descontada la presencia de Tommaso Padoa Schioppa, ex miembro del Banco Central Europeo, en Economía; y la de Alfonso Pecoraro Scanio (Verdes), en Medio Ambiente. Y el socialista Giuliano Amato podría recibir la cartera de Interior.

Asimismo, se considera altamente probable que el nuevo gabinete jure hoy mismo ante el jefe del Estado, tras lo cual deberá obtener la confianza de la Cámara y del Senado entre lo que resta de semana y el principio de la próxima, antes de empezar a gobernar.

Por su parte, el primer ministro saliente, Silvio Berlusconi, mostró dos rostros al salir de su encuentro con Napolitano, uno conciliador y otro amenazante. "Nuestra oposición no será ciega, seremos responsables, como querría que fuese la acción del nuevo Gobierno", arguyó il Cavaliere. Luego volvió a la carga y dijo haber transmitido al nuevo presidente de Italia la "viva preocupación del centroderecha por haber sido excluidos de todos los cargos institucionales". En su opinión, "esta situación, determinada por el comportamiento arrogante del centroizquierda, no tiene precedentes, y ha provocado una concentración de poder preocupante".

Il Cavaliere anunció, asimismo, la creación de un nuevo partido que agrupará a todo el centroderecha. "Nos dirigimos hacia la construcción de un partido único de todos los moderados, que se llamará, creo, Partido de las Libertades". Y precisó que "los congresos de otoño de nuestros aliados, UDC y Alianza Nacional, asumirán esta idea". Berlusconi vaticinó finalmente, que "el nuevo partido será una realidad en primavera del 2007, al término de los congresos anuales de Forza Italia, Alianza Nacional y la UDC".