Doce de los 13 departamentos con mayor número de habitantes registran graves daños, entre ellos, San Marcos, (645 mil habitantes), Quetzaltenango (503 mil), Escuintla (386 mil) y Sololá (222 mil).

El vicepresidente indicó que, en 1998, después del Mitch, se registraron 700 mil damnificados, y que ahora estiman que la tormenta Stan dejó más de 3.5 millones.

“Son casi 36 mil kilómetros cuadrados los que tienen daños; en esa cifra se incluyen los departamentos con mayor número de población”, aseguró Stein, ayer, durante su visita a centros de acopio.

Luis Flores, director del Fondo de Inversión Social, quien ocupaba la Vicepresidencia durante el huracán Mitch, señaló que, en esa época, las comunidades tuvieron tiempo de trasladarse, y que los daños y pérdidas humanas fueron menores.

Hugo Beteta, secretario de Planificación Económica de la Presidencia, explicó que ante la magnitud del desastre, están unificando esfuerzos con las autoridades internacionales.

“Estamos preocupados por la cantidad de necesidades que presentan las comunidades afectadas. Las familias no sólo han perdido a sus seres queridos, también necesitan un techo y trabajo”, manifestó Beteta.

En una primera evaluación, las autoridades del Ministerio de Agricultura informaron que se han perdido Q3 mil millones en la región afectada, que en kilómetros cuadrados es un territorio mayor a El Salvador.


COMPARTEN ESTIMACIÓN

Sergio Morales, procurador de los Derechos Humanos, estimó que, comparativamente, el impacto fue más severo que el causado por Mitch. Esto, porque “el área geográfica del desastre es mayor”.

Esta situación se traducirá en una “mayor pobreza”, porque “reconstruir va a requerir un mayor esfuerzo nacional”, aseveró Morales.

Añadió que esa situación exigirá “un aporte tributario mayor, en especial de aquellos que tengan más posibilidades”.

Juan Carlos Paiz, presidente de la Asociación Gremial de Exportadores de Productos no Tradicionales (Agexpront), y Álvaro Pop, analista político, coincidieron en que las cifras estimadas por el vicepresidente “son reales”.

“Esta situación es verdaderamente grave. No se puede hablar de impacto económico, porque debemos centrarnos en la ayuda humanitaria”, indicó Paiz.

Álvaro Zepeda, presidente de la Cámara Guatemalteca de la Construcción (CGC), fue más allá, y señaló: “Nos va a afectar a todos”, porque “la reconstrucción la tendremos que hacer todos”.

Vivian de Guzmán, de la Asociación de Investigación de Estudios Sociales (Asies), recordó que la catástrofe ocurrió en “una región con importante densidad poblacional”, y que tanto el impacto como la recuperación incidirán en muchas variables.